Por Titina Núñez
El Cabernet Sauvignon 2005 de Casillero del Diablo fue calificado por la prestigiosa revista inglesa Decanter como uno de los 50 vinos tintos más convenientes del planeta. Uno de sus tres enólogos autores estuvo en Montevideo, donde la marca ha logrado el mayor crecimiento a nivel mundial.
Marcio Ramírez es joven y exitoso. Con 35 años y una explosiva carrera –comenzó hace sólo nueve años en Concha y Toro después de varias vendimias en Francia e Italia–, hoy es enólogo jefe de la bodega Cachapoal de la firma ubicada en valle de Rapel.
Termina el mes de noviembre y con él la gira mundial que el gigante Concha y Toro emprendió por todos los continentes donde tienen presencia sus vinos, festejando los recientes reconocimientos: 96 puntos de Wine Spectator para el Cabernet Sauvignon 2003 de Don Melchor, 92 puntos para el Cabernet Sauvignon 2003 de Terrunyo, 91 para el Cabernet Sauvignon 2003 de Marqués de Casa Concha y Best Value para el Cabernet Sauvignon 2005 de Casillero del Diablo, según Decanter.
Marcio tiene varias razones para festejar por sus Cabernets en Montevideo, donde la firma ha registrado el mayor crecimiento en el mundo.
—¿Cómo puede conseguirse ese estándar de calidad en un vino decisivamente masivo como Casillero del Diablo?
—Como dice el mismo artículo de la revista Decanter, generalmente no resulta posible la producción masiva con esta calidad. Al contrario, este Cabernet tiene “una cosa” de excelencia que no se podía creer, pero siempre estamos trabajando en lograr más calidad, no nos limitamos. Lo hacemos buscando nuevos sectores, todos estos viñedos, ya no sólo en valle del Maipo, estuvimos buscando en Rapel, en Maule, para aportar cosas nuevas y lograr la excelencia. De hecho ha sido en los últimos tres años cuando más reconocimientos Casillero del Diablo ha tenido, nuestra principal postura es siempre más calidad. Hoy cerramos un ciclo al llegar a dos millones de cajas con este vino y este reconocimiento.
—¿Usted es el responsable del diseño de esta línea, o sólo del Cabernet Sauvignon?
—Trabajamos tres enólogos, son dos millones de cajas en el mundo, muchos viñedos, entonces somos tres personas que trabajamos en conjunto haciendo todos los vinos. En general trabajamos por etapas, una semana una cosa, otra semana otra, nos dedicamos a distintas opciones pero trabajamos los tres codo a codo, los tres participamos de la misma manera y con una misma fuerza para decidir la mezcla. Cada uno tenía su mezcla y decidimos mezclar las tres y hacer una mezcla conjunta más fina.
—Pero como jefe de la bodega Cachapoal, ¿por qué eligió este Cabernet para este corte?
—Sentíamos que el Maipo era elegante pero adolecía de algo más de concentración, nos dimos cuenta de que esa arcilla roja como cancha de tenis aportaba tal vez no tanta elegancia pero sí mucha concentración al vino, por eso nos gustó mucho ese Cabernet y decidimos ponerlo en la mezcla.
Nota
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