Placer 7 / octubre - noviembre 2004

 
 
Los vinos de la Bella Unión


fotos: Fernando Morán

 

Nació del esfuerzo cooperativo de un grupo de productores rurales que buscaron en el punto más al norte del país una razón para vivir de su trabajo; 29 años después la bodega es una de las más grandes del país, logrando el 17% de participación en el mercado de vinos finos. La contratación de Michel Rolland, el enólogo más famoso del mundo, indica no sólo la búsqueda de superación constante sino que augura interesantes desafíos en los años venideros.

En 1975 un grupo de quince productores de caña de azúcar fundaron Calvinor y plantaron las primeras vides en Bella Unión, el punto más al norte del país. Nadie había plantado viña en el lugar y los escasos cultivos existentes pertenecían en su mayoría a la caña azucarera.
De aquel grupo sólo queda hoy Juan Carlos Montero, gerente general de Bella Unión. A lo largo de los años la estructura de la empresa cambió y funciona hoy como sociedad anónima depositando su confianza en la sapiencia de la enóloga Caterina Viña y el master wine Michel Rolland quien, a través de su equipo residente en Mendoza, diseña algunos de los vinos más importantes de la bodega.

Bellas tierras del Norte

La Colonia de Bella Unión fue fundada en 1829, por el General Rivera con indios misioneros. Allí inmigrantes italianos y españoles implantaron las primeras vides.
Viñedos y Bodegas Bella Unión S.A. se estableció allí, al norte del país, en la zona limítrofe con Brasil y Argentina. Originada a partir de la cooperativa de productores

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