Placer 18 / Julio, Agosto 2007

 

 
 

Vino a vernos comer


Por Mauro Martella
Fotos Joaquín Escardó

Montevideo fue una de las trece ciudades del mundo escogidas por el artista catalán Antoni Miralda para formar parte de Sabores y Lenguas, un proyecto itinerante, colectivo y en proceso, basado en la investigación de la riqueza gastro-cultural de cada ciudad.

Antoni Miralda nació en Barcelona en 1942. Luego de algunos proyectos colectivos e individuales descubrió el movimiento Eat Art –término creado por el suizo Daniel Spoerri– y desde entonces comenzó a combinar el arte con la comida. “El proyecto del arte comestible empezó en los años sesenta con Dorothée Selz”, relata Antoni Miralda a Placer. Con ella realizó “La fiesta de negro”, una performance que consistió en un banquete para 150 personas en el que todo era negro: desde los platos hasta la sopa, los postres y el pan, y “La fiesta de blanco”, en la que había palomas, una novia, tules y comida blanca instalados en una gran mesa en medio de una pradera.
Luego vino una serie de obras, instalaciones y proyectos que tenían que ver con el ritual de la comida y los contextos y efectos sociales, que desembocó en la creación del FoodCultureMuseum, donde se recogieron numerosos trabajos personales y colectivos.

Restaurantes no convencionales

Con su esposa, la artista Montse Guillén, abrió y cerró los más inusuales restaurantes, fusionando en todos ellos la comida y el arte. El Internacional, inaugurado en 1984 en Nueva York, se convirtió, gracias a las críticas de The New York Times, en la estrella del movimiento de tapas en Estados Unidos. “Lo que hicimos fue tomar un edificio antiguo, olvidado y lleno de historias, memorias y fantasmas, transformarlo y luego implantar en ese espacio una instalación tipo restaurante, que era al mismo tiempo galería o museo; allí había actividades y una energía mucho más potente que la de un restaurante”, recuerda Miralda.
En 2001 inauguraron Trans Eat, actualmente ubicado en Little Haití, el barrio haitiano en Miami. Cuando Placer le preguntó qué plato recomendaría, Miralda se limitó a responder: “Las recomendaciones dependen de lo que te apetece...”, y sonrió. Es que allí mezclan la entomofagia –ingesta de insectos– con el arte. En el menú se pueden encontrar escarabajos acuáticos gigantes envueltos en jamón, arepa con quesito campesino y escarabajo de agua, escorpiones flambeados con mezcal, gusanos de seda desplegados sobre huevos de codorniz, hostia de comunión rellena con larvas, sopa de yuca con patas de saltamontes y, como postre, helado r

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