Placer 10 / julio - agosto - setiembre 2005

 

 
 
La oportunidad del nuevo mundo


textos Titina Núñez
desde Burdeos, Francia

La feria de vinos más importante del mundo se desarrolló en medio de la crisis más fuerte del sector que vive Francia en estos últimos años. Aun así el número de visitantes aumentó, y las visitas de extranjeros significaron todo un récord: el 30% del total. Todas las proyecciones indican que esta realidad es un nuevo handicap para los vinos del nuevo mundo.

Vinexpo es la mesa en donde todos quieren estar. Los expositores , provenientes de 43 países distintos, tienen la ocasión en una vidriera mundial de contactar nuevos clientes y en una misma instancia reunirse con los importadores que ya venden sus productos. Los visitantes, (solo profesionales, ya que Vinexpo no recibe turistas o aficionados del vino) tienen la ocasión de conocer (casi) todo lo que hay que ver en este mundo fascinante: probar nuevos productos, encontrar nuevos proveedores y hacer tantos contactos como se quiera (o se pueda).

Creciendo en crisis

Un cuarto de siglo atrás los franceses ni siquiera soñaban con una feria de estas dimensiones, ni los bordoleses sospechaban esta crisis. En 1980 dos hombres, reunidos en la oficina de Comercio e Industria (CCI) en la Plaza de la Bolsa en Burdeos, planearon convocar al mundo en torno al vino. Eran Henri Detour, director de CCI y David Maxwell, uno de sus principales ejecutivos, ambos alentados por el poderoso Jean Paul Janffret, director general y presidente de la firma Dourthe-Kressmann y presidente también del Consejo Interprofesional del Vino en Burdeos. Un año después, el salón se realizaba en dos piezas de la calle Saint-Rémi y convocaba a 500 expositores y 11 mil visitantes. Nada mal para una feria que 24 años después cuadruplicó su número de visitas y atrajo a 2.400 expositores.

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